De la gingivitis a la periodontitis

Si sus manos sangraran al lavarlas ¿ no estaría preocupado? Sin embargo, muchas personas piensan que es normal que las encías sangren cuando se cepillan o se les pasa el hilo dental. Las encías hinchadas y sangrantes son signos tempranos de que sus encías infectadas con bacterias. Si no se hace nada por combatir la placa y la acción de estas bacterias, esta infección puede extenderse y acabar atacando los tejidos que sujetan los dientes a la mandíbula, conocidos como periodonto (encías, hueso alveolar, ligamento periodontal y cemento radicular). Esto se conoce como gingivitis.

Si la infección continúa avanzando, puede incluso destruir los ligamentos del diente y los tejidos que lo rodean: la encía se va separando del diente progresivamente. Las encías se inflaman, enrojecen y presentan tal grado de sensibilidad que dificulta la masticación. La inflamación alcanza el hueso alveolar, a la altura de la raíz del diente, y lo ataca. El diente va quedando suelto poco a poco. Llegado a este punto puede hablarse de periodontitis, que es la causa principal de desdentación en los adultos. En los casos más graves pueden aparecer abscesos y mal aliento.

No todos los casos de gingivitis progresan hasta la periodontitis. Aún se desconocen los motivos exactos que provocan esta evolución, aunque sabemos que el número de bacterias, la agresión que producen las mismas y la respuesta del sistema inmune influyen.

La forma más común de periodontitis es la crónica. Se desarrolla gradualmente entre los 30 y los 40 años a partir de una gingivitis desarrollada en la adolescencia y presente durante toda la vida del paciente. Existe otra forma de periodontitis que puede aparecer repentinamente, la periodontitis aguda, que se desarrolla rápidamente. La periodontitis debe ser tratada por un odontólogo. Si ha y presencia de rojez, sangrado, hinchazón en las encías o dolor en los dientes, se debe visitar al dentista lo antes posible.

 

Prevención y buenos hábitos

Puede prevenir la enfermedad periodontal mediante una buena higiene bucal y visitas regulares a su dentista. Es recomendable visitar a su dentista aproximadamente una vez cada seis meses. Pero si ya tiene la enfermedad de las encías puede que tenga que visitarlo más a menudo. El cepillado diario y el uso del hilo dental, cuando se hace correctamente, pueden ayudar a eliminar la mayor parte de la placa de los dientes. Se recomiendan también las limpiezas profesionales para ayudar a mantener la placa bajo control en esos lugares donde un cepillo de dientes o el hilo dental no alcanzan.

Si la placa no se elimina, las bacterias seguirán multiplicándose. Su inflamación de las encías puede empeorar y es cuando las encías se inflaman. A medida que las encías se hinchan, se separan del diente. Este proceso forma un espacio entre el diente y la encía donde las bacterias pueden crecer más rápidamente. Esto estimula la acumulación adicional de placa y, si no se trata, la enfermedad periodontal puede destruir el ligamento periodontal y el hueso alveolar, las estructuras que soportan los dientes. Otra razón para eliminar la placa rápidamente es que con el tiempo se endurece o se calcifica y se convierte en tártaro dental o sarro. Aún más placa se adhiere al sarro porque es una superficie más áspera que el esmalte de los dientes y así, junto con la placa, se acumulan en capas. El uso de una crema dental contra el tártaro puede ayudar a retardar la acumulación de sarro alrededor de los dientes. Sin embargo, no puede eliminar el sarro que ya se ha formado debajo de la línea de la encía.